ADIÓS, DON CEZARY

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Con el fichaje de Cezary Wilk por el Zaragoza para los próximos dos años, La Vida Es Blanquiazul no quería perder la oportunidad de despedirse de un jugador que sin hacer mucho ruido se ganó a la hinchada.

Hace cosa de dos años, el Deportivo fichaba a un polaco que venía de ser internacional absoluto y capitán del Wisla de Cracovia. Sin saber ni una palabra de castellano, Cezary Wilk, apodado por Lendoiro como "un galán de cine", no fue un jugador franquicia en cuanto a partidos, pero sí en cuanto a entrega y esfuerzo.

Pese a sumar solo 30 partidos con el club coruñés, Wilk fue siempre de los más destacados cuando saltaba al césped. Un profesional de los pies a la cabeza que sabía que para ganarse el puesto siempre hay que sudar en el campo. Fue una de las piezas clave del conjunto coruñés durante su magistral primera vuelta en el año del ascenso en la 2013/14, y también en la reacción del Depor en la presente temporada a partir del partido ante el Valencia -aunque esa reacción no fuese muy duradera-.

Un auténtico batallador, un mediocentro defensivo expeditivo al corte, que no intentaba hacer lo que no supiese, que sólo sabía trabajar sobre el campo. Ningún aficionado deportivista podrá poner en duda que el polaco fue de largo uno de los mejores profesionales del club en su época moderna.

Sabíamos que su marcha, tras ser anunciada su no renovación, era más que evidente, pero no por ello se borra de la cabeza el pensamiento de que Cezary mereció más oportunidades, además de que las lesiones siempre lo lastraron en su mejor momento.

No será un adiós al polaco ni mucho menos, pues espero que pronto vuelva a pisar un estadio en el que todo el mundo recordará con cariño aquel rubio siempre sonriente con cara de actor de cine, pero que debajo de esa imagen guardaba a un agerrido jugador que siempre brilló, por encima de todo, por ser un caballero en el campo.

No queda más que añadir que un "Hasta que nos volvamos a ver, Don Cezary"